Comentario sobre la muestra….
Concepción Tané continúa desarrollando su vocación interior en su plenitud creativa, donde sigue indagando zonas abiertas con meticulosidad.
Juega con el grafismo de manera natural, dejando ir la mano por los caminos del papel u otras texturas. Ocurren nacimientos de símbolos , asociados con la naturaleza, que se manifiestan en pequeñas formas: caracoles, peces, hojas, árboles.
En Concepción, también hay un mundo encantado por la imaginación, donde la libertad se abre vigorosamente hacia el color- siendo siempre ella misma -, que muestra sutiles apreciaciones en el tratamiento del mismo. La posibilidad de mezclar en la diversidad de la paleta pictórica, no se atiene a reglas, sino a la necesidad de expresión que tiene Tané en esta estupenda muestra.
El color surge del centro del cuadro y va hacia todas direcciones insinuando óxidos, lilas, rosas, verdes, azules inolvidables; todos los colores son revelación de la búsqueda intensa de la pintora, tratados con singularidad, desde el conocimiento sensible de los mismos. Nos hace descubrir Concepción, que hay un mundo ilimitado creativo, donde el talento y oficio de Tané son capaces de ir hacia lo nuevo.
Sus infinitas combinaciones; el almizcle que sólo sabe Concepción contraponerlos o continuarlos, dando siempre un algo distinto, una nueva sugerencia; otra dimensión; asombros.
A veces laberintos de grafismos encuentran armonía por el uso del color, o la incisión. En cada uno de los cuadros, la secuencia creativa se vislumbra, pero también cada uno de sus trabajos son diferentes, inquietantes para el contemplador d la obra de Concepción Tané.
Esta muestra que generosamente nos brinda Tané, nos posibilita un acercamiento; nos enriquece desde adentro; al tomar contacto a través de nuestra sensibilidad, con su obra original, de especial talento donde se encuentra la ductilidad de la artista.
Beatriz San Vicente
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